El angár C del puerto de Rabat fue el hogar de Juan Pereira y sus compañeros republicanos hasta su salida del Protectorado. Se les permitía circular libremente por la ciudad, aunque bajo vigilancia policial, siempre y cuando se abstuvieran de cualquier actividad política. Para su manutención las autoridades francesas se pusieron en contacto con el consulado español, e incluso con el Ministro. Ambas instituciones mostraron su disposición a ayudarles aunque lamentaron sus escasos recursos. Finalmente el asunto se reslovió gracias a la beneficencia y a colectas entre los españoles instalados en Rabat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario